miércoles, 2 de abril de 2008

El arte textil y el mundo de los muertos

Muestra de telas Paracas en el Museo Quai Branly asombra París. Es la primera vez que Perú permite la salida de un número considerable de telas.

Fernando Carvallo, desde París.

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De leyenda. Manto con decorado antropomorfo. Foto de Daniel Giannoni.

Quienes hace dos mil años enterraron a sus muertos en fardos funerarios ubicados en necrópolis de la castigada península de Paracas, siguen revelando sus secretos. Tras ellos se ha dirigido desde este martes un público acostumbrado a la vasta oferta de las instituciones culturales parisinas. La singular exposición ha sido organizada por el Museo del Quai Branly bajo el título de "Paracas, tesoros inéditos del antiguo Perú".

Preparada en colaboración con el Museo Nacional de Antropología de Lima y bajo el patrocinio del presidente Nicolas Sarkozy, la muestra se articula en torno a quince mantos de la civilización descubierta por Julio C. Tello en 1925. Es la primera vez que el gobierno peruano autoriza la salida de un tal número de piezas caracterizadas por su fragilidad. Su formidable apariencia es fruto del sofisticado trabajo de restauración, financiado por el museo parisino, pero ejecutado por especialistas del departamento textil del museo peruano.

TELAS DE ASOMBRO

Con la pedagogía habitual del más reciente de los grandes museos europeos, la curadora de la muestra ha sabido diseñar un recorrido que explica la preparación de los fardos funerarios, la naturaleza de los objetos contenidos, la fabricación de las telas y la riqueza de imágenes cuya fuerza expresiva ha sido celebrada por los primeros visitantes. Danièle Lavallée reconoce sin embargo que nunca podremos explicarlo todo: "Hemos calculado que un solo manto podía requerir más de diez mil horas de trabajo y una considerable superficie de algodón. Algunos han sido creados combinando 240 colores y gracias a la intervención de ocho artesanos, algunas de cuyas técnicas personales hemos logrado identificar. Sabemos que las telas eran mucho más que telas para los antiguos Paracas y que los muertos no eran solo muertos. El resto, corresponde a cada visitante tratar de imaginar".

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Mítico. Otra de las hermosas telas que se exhiben en el Quai Branly de París.

El museo ha contado con especialistas reconocidos del arte textil para establecer la evolución de las técnicas del hilado, el bordado, el tejido y el teñido. La propia Lavallée trabaja actualmente en la costa de Tacna, donde los artesanos de la civilización Chinchorro desarrollaron hace diez mil años un sofisticado ajuar de pesca y una manera primaria de tejer. Ochenta siglos más tarde, los Paracas comenzaron utilizando fibras vegetales y en el momento de su apogeo, a comienzos de la era cristiana, combinaron el algodón y la lana de auquénidos para fabricar mantos de 1.50 metros de lado destinados a cubrir los restos de quienes los encargaban. En ellos aparecen figuras geométricas, antropomorfas o zoomorfas, así como escenas de ritos, entre los que destacan los sacrificios humanos.

A pesar de que numerosos fardos siguen sin ser abiertos, los elementos dispuestos entre piezas textiles de dimensiones y usos diferentes suelen ser los mismos: diademas, objetos de decoración nasal, quenas de hueso, pinzas de metal, puntas de flechas de obsidiana, cerámica, etc.

TAMBIÉN ELENA IZCUE

Aunque París expuso por primera vez piezas Paracas en 1928, esta es la primera vez que le consagra una muestra específica destinada a ampliar la imagen de un Perú precolombino dominada desde el siglo XVI por los Incas. El excelente catálogo ofrece análisis detallados de algunas piezas e interpretaciones del proceso de las culturas peruanas, para culminar con un audaz texto titulado "¿Cómo leer las imágenes?". Aficionados y conocedores pueden complementar sus lecturas con los textos del artista peruano Fernando de Szyszlo, quien ha definido la pintura como "encuentro visible de lo sagrado con la materia".

Puesto que el Museo del Quai Branly promueve el diálogo entre las culturas y el énfasis en el largo plazo, la muestra Paracas se complementa con una exposición consagrada a la artista peruana Elena Izcue (1889-1970), una de las primeras en inspirarse tanto del arte contemporáneo como de la iconografía Paracas. En el catálogo de la exposición Izcue, la curadora Natalia Majluf firma con Luis Eduardo Wuffarden un texto sobre "El arte precolombino en la vida moderna".

Como si la inauguración de la muestra Paracas no fuera suficiente, autoridades y visitantes del Museo del Quai Branly aprovecharon de la inauguración para celebrar la reciente atribución del premio Pritzker al arquitecto Jean Nouvel, creador del magnífico edificio bajo la sombra de la torre Eiffel. Nouvel ha logrado construir un museo en concordancia con el espíritu de las obras que colecciona y muestra.

La exposición Paracas se mantendrá en el Museo del Quai Branly hasta el mes de julio y se verá realzada por numerosas conferencias y talleres para niños y adultos. Los organizadores han lanzado una operación solidaria con la Fundación de la revista Elle y el fabricante de ropa Etam que recaudará fondos destinados a la población de la región de Paracas, afectada por el terremoto del pasado 15 de agosto.

EL DATO

HISTORIA Y ARTE. Las telas paracas están hechas de lana de alpaca y algodón, fueron descubiertas en 1925 por el arqueólogo peruano Julio César Tello. En ellas aparecen personajes antropomorfos o zoomorfos teñidos con 240 tonalidades distintas.

ARTICULO PUBLICADO EN LAREPUBLICA.COM.PE


1 comentario:

puertolomas dijo...

En esta nota sobre el ají, un manto que envolvía a una de las 451 momias encontradas por Julio César Tello en la península de Paracas. En él un personaje lleva un ají en sus manos. Presencia Cultural - Video: Ají, goce que arde y textiles Paracas